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La mirada de Soledad Gallego-Díaz.

El Partido Popular votó ayer en el Congreso junto a los demás grupos parlamentarios y en contra de sí mismo para evitar que quedara en evidencia, de nuevo, una importante derrota política. En concreto el PP ha tenido que aceptar que es mucho mejor el sistema por el que se elegía al presidente de RTVE en la época en que gobernaba el PSOE, que la que impusieron los populares a golpe de mayoría absoluta en 2012. Es decir, ha votado que se dé marcha atrás sobre algo que ellos mantuvieron contra viento y marea durante más de cuatro años ignorando todas las protestas de la oposición.
Hay que agradecer que PSOE, Podemos, Ciudadanos y todos los grupos nacionalistas se pusieran de acuerdo para presentar una proposición de ley de reforma del estatuto de RTVE. El proceso será largo porque la tramitación parlamentaria lo es, pero el resultado final mejorará sin ninguna duda la lamentable situación actual, en la que un medio que tiene titularidad pública ha sido puesto al servicio de los intereses de un único partido.
Pero más aún que a los partidos de la oposición hay que agradecer el esfuerzo que han realizado la inmensa mayoría de los profesionales de RTVE, que no han cejado un minuto en denunciar la parcialidad, el abuso de los actuales dirigentes y la falta de mecanismos apropiados para defender su independencia. Los periodistas de RTVE han dado, en su gran mayoría, un ejemplo de seriedad, a veces arriesgando su puesto de trabajo. Y si el Congreso abrió ayer el camino para que RTVE pueda volver a ser considerado un medio público será gracias a su empeño.

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